Mi hijo duerme sobre un poema
Mientras veo tu figura en matices
Y solo quiero teñir nuevamente
Tu coraje desierto con huellas de
tierra
Tu juventud se me escapó entre
las piernas
Ahora hay un hueco en mi útero
llamado libertad
Mientras la hernia de mi carne
engendra nuevas formas de dolor
Tu cabeza quiere nacer en mi boca
Y morir en mi sangre
Soy una mujer sal que no oye a
sus divinidades paganas
Mi apellido me recorre desde mis
tierras hasta mis vientos
El ojo de mi padre descansa
incinerado a voluntad
Mi hija no nata espera mi trova insensata
Escucho el arrullo que nunca
cantará mi madre
Es hora de la danza infinita de
mis dolores
Mis hijos no emergidos me guardan
duelo en el mar, junto a mi padre
Hoy será el día en que la sal
vuelva a su vertiente
Bendiciendo todas las formas de extinción
de mi raza.